Estrellado en el ser por el deber ser II

Para terminar de transmitir la idea sobre de qué se trata este espacio, en este post me permito culminar la fase introductoria con el resto del relato de la publicación anterior y poder entrar en materia en las futuras entradas. Aquí les dejo la segunda parte del relato: Estrellado en el ser por el deber ser.

II.

Lamentándolo mucho confieso que  es este “ser” que ya no aguanto más; es esta realidad agria que me causa pavor; es este constante altercado entre el discurso sociopolítico del Estado corrompido y corruptor dominicano y el contradiscurso del “deber ser” impregnado en las normas jurídicas que me ha dificultado levantarme en las mañanas; es el asco del paternalismo politiquero de los partidos tradicionales que alimenta mi impotencia; es la gran hipocresía de la clase media dominicana que me enferma diariamente; es el silencio ante lo obvio que más rabia resentida me causa y es esta complicidad implícita de casi todos que me llamó la atención y creó esta necesidad de denunciar para no sentirme que soy el único que está equivocado ante los hechos social, jurídico y políticamente repugnantes que se pasean regularmente ante nosotros .

Así pues, un día cualquiera me desperté con la idea de que necesitaba otro blog[1], uno que no sea tan poco inteligible como el primero, sino uno donde pudiese llamar la atención sobre asuntos relevantes de la República Dominicana. Pero como todo blog, necesitaba un nombre en el cual pudiese expresar toda esa batalla entre el “deber ser” y el “ser” que tanto me preocupaba y además, que fuese coqueto y corto.

Como soy abogado, no tiendo a ser muy creativo titulando porque la formación estructuralista y sumamente rígida a la que fui sometido, terminó desmejorando parte de mi intelecto simplificador y artístico[2] tan importante al momento de la semiosis mercadotécnica y publicitaria. De ahí que recurrí a mi querida María Olivo, próximamente diseñadora gráfica, para que me iluminara el camino hacia un nombre que exprese mis ideas y al mismo tiempo sea corto y atractivo.

Entonces con ella comenzó mi discusión sobre lo que realmente quería expresar y en varias noches y conversaciones vagas, decidimos hacer una lista de los posibles nombres que podría utilizar partiendo de una linda lluvia de idea y una buena caipiriña. Se nos ocurrió “derecho y torcido”, “jurisarcamos”, “cosas y bainas”, “atento a mi”, “placebo político[3]”, entre otros.  No obstante, no dimos “pie con bola” ya que no me encontraba conforme con ninguno de esos títulos.  En un momento, incluso, me resigné y pensé en utilizar el que más que gustaba aunque no manifestaba lo que me proponía; pero me di mejor un tiempo y seguí observando el panorama sociopolítico quisqueyano tan especial en estos últimos meses de política coprológica tradicionalmente partidista y el comportamiento común de sus sujetos.

Entonces, un día que hablaba con María recordándome de Camus, me llegó a la mente: Absurda Quisqueya. El título encaja perfectamente con mi denuncia, con lo que quiero expresar, con lo que me molesta y me enferma. Absurdo, según el diccionario de la Real Academia Española, significa: Contrario y opuesto a la razón; chocante, contradictorio; dicho o hecho irracional, arbitrario o disparatado. En tanto que por Quisqueya, según lo recogido por los historiadores dominicanos, es el nombre con el que se designaba a la parte oriental de la Hispaniola; pero también según Wikipedia:Nombre literario  o familiar aplicado a la República Dominicana debido a que los taínos llamaban de esta manera a La Española. 

Por consiguiente, “Absurda Quisqueya” es el ser con el que estoy constantemente colisionado y es ese ser que no se parece al deber ser del que me nutro, este ser que muestra la ignominia más detestable de nuestra sociedad con todo su silencio ante lo indiscutible y la complicidad de todos sus individuos, el que quiero compartir y discutir.


[1] Mi primer blog se llama: Diwan de arena. Es un blog esencialmente de poemas que trato de escribir. Lo pueden visitar:
[2] A pesar de todo, me resisto al concepto de Derecho como ciencia, me inclino más al Derecho como arte y técnica sin perder su debido profesionalismo. Por tanto, tiendo a considerarme más un abogado artista que científico o técnico.
[3] Este me gustaba mucho, pero no atinaba lo suficiente lo que necesitaba. Tal vez me gustaba tanto por mi banda musical favorita. 

Comentarios

  1. Pues la verdad no es agria ni dulce, es dulce y agria a la vez. Por que imaginar que las cosas que en verdad suceden son todas agrias o dulces? Te tumbas a alguno de esos lados y no tentras la verdad.

    Sin embargo, la verdad es incomensurable y somos incapaz de absorverlo todo. Pero creo que a la gente comun le interese eso... no? discutir que es la verdad y si existe... Pero al final con quien te quedas? con el Ser o el Debe Ser????
    Dana Mora

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